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Cigarros electrónicos, un desafío para el sistema de salud

Cigarros electrónicos, un desafío para el sistema de salud

Uno de los principales problemas asociados a los cigarrillos electrónicos (o “pod”, término popularizado que engloba a las diferentes variaciones en algunas regiones) es la falta de regulación sólida sobre su uso y distribución. La OMS en su “Informe sobre la epidemia mundial de tabaquismo, 2021” afirmaba claramente que: “Los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) son adictivos y no están exentos de daños”. Si bien existe la percepción de que son útiles como alternativa al tabaco, los riesgos para la salud son una realidad, desde miles de sustancias con sus variaciones de aroma, aditivos y sabor (con y sin nicotina) hasta la publicidad engañosa, ya que varios fabricantes afirman que sus productos carecen de nicotina, comprobándose la falsedad del argumento.

Hay dos factores claves para analizar una parte de la problemática, por un lado, que la misma OMS advierte que todavía se desconocen todos los riesgos producidos por el pod debido a la gran cantidad de aditivos y sus misturas en diferentes presentaciones, mientras que, por el otro, en varios países inicialmente fueron catalogados como aparatos electrónicos para eludir controles y tarifas aplicadas al tabaco, tendencia creciente que apela a la ambigüedad para sortear las legislaciones vigentes.

En este sentido, se recogen innumerables casos en varias partes del mundo sobre las consecuencias, lo cierto para los investigadores es la incesante expansión del mercado de estos aparatos haciendo que el estudio científico necesite de más tiempo para hablar de forma contundente, aquí nuevamente las regulaciones débiles juegan en contra del sistema público de salud porque facilitan la proliferación de innumerables opciones. 

“Después de 10 días sin tocar un pod y empezar a recuperar mi capacidad respiratoria puedo confirmar que: probablemente sea peor que el pucho, en serio, y MUCHO más difícil de dejar”

Testimonio compartido por el usuario de Twitter @rubenhermo sobre su caso y cuya cantidad de interacción ofrece idea sobre el consumo extendido del pod. Algunos internautas coincidieron en que usarlo prácticamente en cualquier sitio genera una dependencia mucho mayor, mientras que otro grupo afirmó que gracias al uso progresivo fueron capaz de abandonar el tabaco, aun así, estás experiencias solo reflejan casos puntuales, siendo el punto central más complicado y en constante debate. De igual manera su empleo en ambientes controlados por ciertos grupos de consumidores permite analizar datos.

La Universidad Politécnica y Artística del Paraguay, filial de Encarnación, presentó un informe preliminar realizado en instituciones de educación superior de la ciudad. “Percepción y frecuencia de uso de cigarrillos electrónicos en estudiantes universitarios de Encarnación 2022”, dado a conocer durante el VII Encuentro de Investigadores organizado por la Sociedad Científica del Paraguay. En el mencionado se determinó que la cantidad de usuarios de cigarrillos electrónicos y tabaco se va igualando, siendo los hombres quienes más consumen ambas opciones. En cuanto al pod como alternativa a dejar el tabaco no parece congruente ya que el 38% de los encuestados prefirió no responder sobre si planean abandonar el hábito de consumo, teniendo en cuenta que una parte importante de los fumadores de pod indican que es una alternativa al tabaco o un proceso para abandonar este último.   

Nuevas formas de socializar. Pod entre colillas de cigarrillos”. Expresa la descripción de una fotografía tomada por el periodista Daniel Ñamandú; uno de estos dispositivos desechables descansa en un improvisado cenicero en la vía pública “compartiendo destino” con colillas de cigarrillos. Esto, tal como dice el mencionado estudio, denota la convivencia entre consumidores y la facilidad para acceder a ambos productos.

Son varios trabajos similares compartidos por fuentes diversas, la Universidad Politécnica y Artística del Paraguay realiza su contribución para engrosar el contenido sobre esta problemática y poner a disposición de las políticas públicas los datos recogidos. “Hasta que una investigación independiente no demuestre el perfil de riesgo real de estos productos, los gobiernos deberían ser cautos. Los datos científicos, y no la mercadotecnia, deberían guiar sus acciones”, Expresaba sobre este punto la Dra. Adriana Blanco Marquizo, jefa de la Secretaría del CMCT de la OMS.   

Existe un esfuerzo para luchar contra el tabaquismo; una de las mayores causas de muerte prematura prevenibles en el mundo cuyo costo anual para la economía mundial la OMS estima en US$ 1,4 billones. En contrapartida la incursión de la industria tabacalera en el mercado del pod con más de 16 000 sabores distintos disponibles, así como el riesgo de que los niños y adolescentes que utilizan sistemas electrónicos de administración de nicotina fumen cigarrillos, la accesibilidad y la sugestión de la maquinaria mercadotécnica a disposición de las multinacionales del tabaco crean un escenario en el que el conocimiento debe velozmente tornarse en acciones concretas.


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