La internacionalización aplicada a las universidades es por lo general definida como un proceso intencional de nutrir a la educación superior de un carácter más global para estar a la par de un mundo competitivo y multicultural. En Latinoamérica existen ejemplos de cómo este proceso impactó tanto a la docencia, a los estudiantes y principalmente al intercambio científico.
Para tener una idea sobre las cifras relacionadas a la movilidad en sus diferentes estamentos, es posible apreciar que la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación expresa: “América Latina se posiciona como la segunda región del mundo en la que los estudiantes disfrutan de menos intercambios académicos, siendo esta cifra únicamente el 1,14 %”, un panorama en constante debate regional.
Por otra parte, durante la Conferencia de Rectores de Universidades Latinoamericanas- CRULA, una red conformada por más de 45 universidades de América Latina y el Caribe, celebrada en el 2021, fue presentado el Programa Universitario de Movilidad Académica- PUMA, una de las tantas iniciativas que buscan afianzar la movilidad entre los países latinoamericanos, en este caso, entre instituciones integrantes de CRULA.
En este sentido cabe destacar que la movilidad ha adquirido una dimensión más amplía, ya no se limita a estudiantes y docentes, el aspecto científico y administrativo hacen que hoy en día la estructura misma de las universidades se vea estimuladas por las experiencias de intercambio, esto para buscar cambios en la misma gestión de las universidades, haciendo que cada vez más profesionales compartan conocimientos desde el intercambio y la cooperación.
Existen variados programas e iniciativas en toda la región, lo cierto es que, las políticas se limitan en gran medida a la educación superior, a este respecto, varios autores señalan que para una internacionalización de la educación más efectiva se debe poner atención a la educación inicial, estimulando el talento de las personas desde antes que ingresen a los círculos académicos de la educación superior potenciando así el perfil globalizado y colaborativo que requiere la internacionalización.
